Como intervenir nuestra
realidad a través del Currículo Educativo
|
Doctorantes
|
|
ü MSc. Euro Rincón
ü MSc. Luis
Garcias Seijas
ü MSc. Domingo Pérez
ü MSc. Ana Hidalgo
ü MSc. Erika Valero
TUTOR: Dra. Carmen Jara
|
Cuando
abordamos el tema del currículo en los diferentes niveles y modalidades del Sistema
Educativo, es necesario pasearse por los diferentes factores que han incidido
en su formulación como currículo, pero también es necesario ubicarnos en el
escenario donde nos desenvolvemos como docentes, en la mayoría de los casos
estos currículos han sido formulados bajo una realidades, pero la evolución de
la sociedad hacen que esos currículos sean obsoletos al aplicarlos. De allí que
el docente juega un papel fundamental pues sobre sus hombros descansa la tarea
de planificar contenidos conforme a las políticas educativas vigentes, a su vez
que esa planificación este acorde a la realidad donde se suscribe los
educandos.
En
el caso de nuestro estado Apure, están evidenciados los problemas que azotan nuestra
sociedad, drogas, violencia, delincuencia, embarazos en adolescentes, entre
otros, problemáticas que son nuevas para nosotros, por esto, que es en las
escuelas donde debe atacarse esta problemática, cambiando la visión educativa, sustituyendo la educación tradicional
por una educación para la vida, en donde, nuestros jóvenes reciban las
herramientas necesarias para convivir en esta era globalizada. El docente, no
sólo debe poseer conocimientos en el área que ejerza, y la pedagogía para
transmitirlos, sino, capacidades que le permitan lograr un aprendizaje
significativo en sus estudiantes y prepararlos para la vida, formándolos como
seres humanos productivos, conscientes y virtuosos.
Entre
estas capacidades se encuentran el autoconocimiento, la autonomía y la autorregulación,
puesto que, el docente debe estar consciente de él mismo, respetarse, y
aceptarse, siendo a la vez autónomo, tomando en cuenta los sentimientos de sus
alumnos en las decisiones a tomar y finalmente, tener capacidad para dirigir su
propia conducta, sin dejarse llevar por emociones negativas que puedan
perjudicar a sus alumnos. Se trata de una nueva visión que exige docente un viraje de su
papel como centro de la clase, como único conductor y evaluador del proceso de
aula, hacia una nueva actitud más facilitadora y no por eso menos exigente. Se
trata de una visión del proceso de aprendizaje que considera el acervo cultural
del individuo que aprende, que no lo desconoce en su diversidad y que por tanto
acepta y da validez a las construcciones que realiza el educando, pues se basa
en el reconocimiento de su dignidad y sus producciones.
Hemos observado
que las reforma educativa que se impulsa propone un cambio fundamental al
sustituir el ya conocido y agotado “objetivo dado, objetivo evaluado” por la elaboración
de proyectos de aula y de escuela, dando un giro, por lo demás muy necesario,
al aprendizaje centrado en el maestro y en la consabida copia, dictado,
cuestionarios y ejercicios de atención hacia otro aprendizaje que depende más
de los propósitos planteados por maestros y alumnos. Esta visión necesita de un
docente activo y generador de participación, por una parte, pues ya no se trata
de impartir conocimientos sino de producirlos a partir del contacto con los
contenidos y experiencias necesarias en función de los propósitos planteados en
el proyecto, que es a su vez el resultado de una elaboración colectiva, donde
la conversación y la aplicación de metodologías participativas juega un papel
fundamental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario